septiembre 04, 2007

Primera discusión: El hombre en el vacío


















¿Quién alguna vez no se ha topado con esos lánguidos seres que pregonan la perdida del sentido de su existencia? Hombres trasnochados que quisieran un bastidor al que aferrarse y no logran encontrar más que la nada, el vacío, la negación; y todo por tener una noción insuficiente de su naturaleza y finalidad.

La época contemporánea, se ha caracterizado por el entusiasmo de acabar con todo. Con la metafísica, con la ciencia, con el arte y muy especialmente con el sujeto. Si no lo han reducido a manifestaciones, lo han limitado a ser un constructo eslabonado, a una estructura teórica.

Originalmente sujeto (subiectum) significa lo que esta debajo y se refiere a aquello que permanece en el cambio, que subsiste. Y no a una maquinación o elaboración conceptual que pueda ser constantemente rediseñada.

El existencialismo, el estructuralismo y el postmodernismo, santones todos del materialismo imperante, se han limitado a dar una interpretación reducida de la realidad antropológica del sujeto humano; definiéndolo, unos como un ser para la muerte, otros como una construcción cultural o enunciado del discurso del poder.

Así el sujeto, si no es reducido a una constructo racional sin referente empírico, ha sido interpretado desde lo meramente aparencial, explicándose solo desde una realidad fenoménica que lo accidentaliza, condenándolo a contemplarse desde una dimensión contingente y mudable que tarde o temprano lo destruirá.

Existencialismo: el hombre en lo vago

Sciacca bautizó al existencialismo como la “filosofía de la impresión particular”, descripción fenoménica del existir, que mediante un único acto de la conciencia (la intuición existencial) le da primacía a la existencia bruta sobre las esencias. El existir es un concepto unívoco que se aplica desde dicha intuición a todo lo real externo. Ya que el hombre, como único ser conciente de su existencia, puede situarse como ser en el mundo y dar cuenta de la existencia de éste.

El existencialismo ve al hombre como una existencia desnuda arrojada al mundo para esencializarse, definirse. El sujeto es un mero proyecto que puede ir cambiando por propia libertad de creación y según las propias posibilidades.

El existencialismo sitúa al sujeto “desesperándolo” en su toma de compromiso consigo mismo y haciéndolo tomar conciencia de su última y autentica posibilidad: la muerte. En este punto el existencialismo le da algo no contingente y necesario al sujeto, ¡pero qué necesidad!

Decir que el hombre existe y que desde su mera existencia, por el ejercicio de su libertad, construye su esencia, es disociar dos elementos inseparables como son la esencia y la existencia. La esencia es aquello por lo que la cosa es lo que es y la existencia, por si indefinible, podemos verla como esa esencia actualizada. Así el hombre existe siendo lo que es, si fuera solo existencia sería de por sí indefinible, mera indiferenciación desnuda que, por ejercicio de sabe que libertad, podría definirse como árbol, como perro, como cerdo o como lo que sea.

Si en el hombre, como ente particular, no existiera una estructura entitativa de esencia y existencia estaría confundido y unido a una multiplicidad de entes sin poder diferenciarse.

Post y estructuralismo: el sujeto encerrado en el discurso

En el estructuralismo y postmodernismo, el sujeto es puro agregado lingüístico o pura modalidad en el discurso científico del poder.

En Foucault, por ejemplo, es una especie de producto epistemológico de los soberanos para el control de los individuos. Para él, el concepto de sujeto nace en una época histórica determinada como una construcción de dominio de la práctica del poder.

Foucault despoja al sujeto de todo sustrato, de todo sentido y tendencia autónoma, reduciéndolo a ser relacional al discurso científico del poder dominante de una época histórica determinada, a un elemento autómata de la práctica del poder.

Por herencia del estructuralismo, que ve toda manifestación humana determinada por estructuras de la ciencia la sociedad y la cultura, Ve al sujeto como simple fenómeno epistémico, ideológico y cultural, “una invención reciente cuyo fin está próximo“.

El sujeto como sustrato metafísico

Ante estas posturas que accidentalizan al sujeto, contemplándolo como posibilidad, como construcción relacional al discurso científico imperante o como mero enunciado discursivo, es necesario develar la naturaleza ontológica del sujeto para salvarlo del naufragio al que ha sido sometido.

El sujeto humano como subiectum es un sustrato metafísico que está por debajo y soporta lo accidental del hombre, en este sentido el sujeto siempre permanece aunque varíen los accidentes. El término sujeto es la substancia psicológicamente considerada; de la que vamos a ocuparnos inmediatamente.

En ontología substancia se describe como aquella cosa a la cual le compete existir en sí y no en otro como sujeto de inhesión; diferente a los accidentes que tienen que inherirse y sustentarse en una substancia para poder existir.

La sustancia como existente, individual y concreta es llamada sustancia primera, y se encuentra en este ser finito que es el hombre, como esencia compuesta de materia (cuerpo) y forma (alma).
Como materia el hombre se encuentra, en relación directa con el mundo contingente y mudable; pero como sustancia, el hombre es sujeto personal que permanece idéntico en un solo acto de conciencia.

Como ser personal, el hombre trasciende la pura fluencia de accidentes que se le incorporan en el transcurso de su existencia finita, y al ser esencia actualizada y subsistente permanece como sujeto conciente de su identidad y portador de sentido.

Desde su esencia, el hombre se define como animal racional. Individuo substancial incomunicable, poseedor de accidentes y por tanto supuesto. Al ser persona, añade al supuesto la intelectualidad que lo especifica como substancia individual de naturaleza racional.

Es una substancia compuesta de materia y forma y está siempre abierta a nuevas determinaciones accidentales, y sin embargo es algo permanente. No sólo esta insertado en el mundo, situado fuera de la nada; sino que esta en potencia para alcanzar la perfección que esta grabada en su naturaleza.

Autor: Christian García Cruz
Fecha de publicación: Febrero 16, 2007


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Para meditar

A algunos de los integrantes del grupo, este video y música les traerá mucho recuerdo de los años que pasamos por el seminario. Para los demás integrantes que ni soñaron con ser curas o monjas, disfrútenlo.

Canto Gregoriano Benedictino

7 comentarios:

Maestro Sandy R. Genao dijo...

¡Comenzamos con buen pie!

creo que uno de los mayores problemas a que nos enfrentamos en el mudo de hoy, es precisamente a la pérdida del sentido de la vida, a la negacion de la trascentalidad como motor que mueve nuestro accionar, nos enfrentamos a un mundo en donde nada es bueno ni malo, "el mundo solo es y no lo inventamos nosotros". esta filosofia nos está llevando a caer en barbaridades antes jamas pensadas, y es en escencia esta negación de lo trascendental, la causa de tanto sincentido.

Anónimo dijo...

Bueno mis queridas y queridos, yo les confieso que a mí esto del sin sentido de la vida (así en carne viva) siempre me había parecido más una cuestión de las elocubraciones de los filósofos y sus libros que nadie entiende o de película mala. Pero resulta que hace como dos meses me he reencontrado con un amigo, hemos vuelto a abrir canales de comunicación, y resulta que este amigo mío está jodío en plan con esto de que no encuentra sentido a su vida. Y créanme que es un caso de análisis (psicológico/siquiátrico, el pana está mal de verdad), pero también sociológico. Por cosas de la vida, mi amigo ha conseguido todo el dinero necesario para darse todo los lujos que la tan llamada sociedad del consumo asegura que nos aportará la felicidad. Pero al pana no hay quien lo saque de "es que tengo como un vacío adentro que nada me motiva".

Y saben que es lo peor, que toda la metafísica y la teología que yo manejo, no le saben a na a mi amigo. ¿Entonces, cómo lo ayudo?

Sugerencias?

Franklin Peralta

Unknown dijo...

Texto paralelo para iluminar al amigo perdido de Franklin Peralta.

En su libro más famoso El Hombre en Busca de Sentido, el Dr. Frankl narra cómo pudo soportar frío, hambre, trabajo forzado sin descanso ni dormir, y las brutalidades del campo de concentración más temible, el de Auschwitz. El Dr. Frankl vivó 3 años (entre 1942 y 1945) en cuatro campos de concentración Nazi. Su esposa, sus padres y muchos de sus familiares perdieron la vida en el Holocausto.

El mensaje del Dr. Frankl es extraordinario. Demostró que aquellas personas que encuentran un sentido a la vida son capaces de sobrevivir con mayor serenidad a las calamidades de la vida.

Según Dr. Victor Frankl, “vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo”.

Con su ejemplo, el Dr. Frankl ha demostrado que uno puede ejercer la libertad de pensamiento en medio del horror, dolor y la muerte.

Es posible que no podamos controlar lo que nos ocurre, como las atrocidades de un campo de concentración, pero tenemos la libertad de dar el significado que queramos. El Dr. Frankl como medico y psiquiatra ayudaba a otros judíos en los campos animándoles a pensar en el futuro. Según sus observaciones, aquellas personas que perdían la esperanza no tardaban en enfermarse y morir. Los que mantenían su fe en el futuro tenían mayor probabilidad de aguantar y sobrevivir.

El Dr. Frankl insistía en que lo que debe importarnos no es lo que podamos esperar de la vida, sino lo que nosotros podemos ofrecerle a ella.

Y en cuanto al sin sentido, es bueno releerse La Náusea de Jean Paul Sartre.

Maestro Sandy R. Genao dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maestro Sandy R. Genao dijo...

Es bueno recordar que el vacio es tambien una orportunidad para el cambio de vida, el problema de muchas personas es que se quedan en el vacio, como aquellas que caen y se quedan en el suelo porque al fin, "de que vale levantarse si vamos a caer de nuevo"

en torno al amigo de franklin es bueno que el revisara que ha hecho con su vida, quizas se ha olvidado de vivir por ir detras solo de cosas, quizas ceró muchas espectativas en torno al rumbo que tomaria su vida despues que economicamente estuviera bién y ahora se ha dado cuenta que por un tiempo su vida ha estado dando vueltas... Digo yo...

Anónimo dijo...

Muchas gracias a los compañeros que han respondido. La verdad es que extraño a LAS compañeras. Vamos, anímense, que esto no muerde.

En cuanto a sus comentarios, en el próximo diálogo (también virtual) con mi amigo los tendré presentes.

Gracias otra vez.

Franklin P
PD: quién se anima a lanzar otro tema o seguir conversando sobre éste?

Dra. Luz Rivera dijo...

Pues mis queridos amigos, muy buenos todos sus comentarios y el tema super interesante, en relación al amigo de Franklin, el sentido de la vida se la damos nosotros mismos a ella, no importa todo el dinero que consigas, poder, amistades o si por el contrario no consigues nada de eso, tampoco importa, porque al final el rumbo que tomes en ese barco lo decides tu y por consiguiente su sentido, valga la redundancia, en todo esto influye lo que dicen por ahi es el pensamiento positivo, si piensas positivamente las cosas seran mas faciles y segun te veas a ti mismo, asi lo haran los demas, bueno cualquier cosa podemos hacerle una consulta gratis al amigo de Franklin.